El ideal del amor

 

Creo  que mis creencias configuran (aunque lo intente evitar) las creencias de mi hija.

Tengo posicionamientos definidos respecto a muchos temas, muy en proceso respecto a otros. Y me cuestiono mucho, muchas cosas.

Creo en el amor, lo pienso como un conjunto de amor, o de sentimientos de afecto, buenos deseos, apoyo, respeto mutuo, mucha comunicación, trabajo para coordinar todo lo necesario, libertad, reconocimiento de las diferencias y espacio.

El papá de Pili es mi compañero en todos mis proyectos, no sólo como pareja. Y creo que lo voy a querer siempre. Pero no de modo estático, y no es que sigo enamorada cómo a los 20. Me enamoré, lo quise, lo amé, lo conocí y empecé a conocerme y desenamorarme. Me descubrí yo, (puerperio y terapia mediante) después a él, nos pusimos de acuerdo -o eso creemos- y volví a quererlo. Volví a enamorarme. A divertirme. Y no sé si en 10-20 años más seguiremos siendo quiénes somos -espero que no, que sigamos creciendo- pero me gustaría mucho seguir compartiendo el camino.

¿Por qué comparto esto tan mío?

Nuestra historia es la base de la historia de Pili. Tiene desencuentros. Encuentros. Pero tiene respeto mutuo y el espacio suficiente para crecer, cambiar y ser visto y reconocido y aceptado por el otro. Eso lo vive. Y la verdad es que ninguno de los dos creemos en el vivieron felices por siempre.

Y a pesar de eso, de tener en claro tantas cuestiones que hacen a la libertad de uno y de la pareja, me cuesta responder a las preguntas de Pili cuando elabora lo que cuentan sus compañerxs acerca de sus dos casas. Así que intento dar tranquilidad pero no mentir. Nosotros nos queremos, desde mucho antes de ella, y planeamos seguir queriéndonos. Es lo que nos gustaría. Pero no lo prometemos. Entiendo que a veces no le és suficiente porque vuelve a preguntar, o quizás no es la respuesta que espera, pero así como le quité sin saber la emoción del ratón Pérez por sinceridad, no le dí una fantasía del amor o las parejas.

Me parece importante conversar todo, adaptado a su edad, porque puede resignificar lo que vive de otro modo. Entiende que es importante el respeto entre las personas y espero que al crecer pueda (si es que lo elige) formar una pareja con una persona que le dé su espacio, y ella también sea capaz de darlo también. Que crezca con ideas reales de lo que es una pareja, que no se quede con la película de la princesa que se enamora y es feliz, que sepa que siempre merece respeto, libertad, y que es saludable que sea mutuo. Que no tiene que relegarse para estar con nadie. Que los roles no los determina el género, que todos somos capaces de aprender y hacer todo, y que es válido y muchas veces necesario pedir ayuda. ¡Tantas cosas quisiera enseñarle! Por ahora vamos con la idea del amor.



(Aunque de la ilusión de los dientes me arrepiento un poquito)